jueves, 24 de abril de 2008

Tallueu!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!


Wenas na hoy aqui me mando paco decir que me despida pero nose que poner porque toy espesu bueno ya no escribio mas porque va a toca enseguida y tengo que ayudar a ingi a recoger jejeje

ala tallueuuuuuuuuuu

miércoles, 16 de abril de 2008

poesia satirica de gongora


Dineros son calidad,
¡verdad!
Más ama quien más suspira,
¡mentira!

Cruzados hacen cruzados,
escudos pintan escudos,
y tahures, muy desnudos,
condados ganan Condados;
ducados dejan Ducados,
y coronas Majestad:
¡verdad!

Pensar que uno solo es dueño
de puerta de muchas llaves,
y afirmar que penas graves
las paga un mirar risueño,
y entender que no son sueño
las promesas de Marfira:
¡mentira!

Todo se vende este día,
todo el dinero lo iguala:
la Corte vende su gala,
la guerra su valentía;
hasta la sabiduría
vende la Universidad:
¡verdad!

En Valencia muy preñada
y muy doncella en Madrid,
cebolla en Valladolid
y en Toledo mermelada,
Puerta de Elvira en Granada
y en Sevilla doña Elvira:
¡mentira!

No hay persona que hablar deje
al necesitado en plaza;
todo el mundo le es mordaza
aunque él por señas se queje;
que tiene cara de hereje,
y aun fe la necesidad:
¡verdad!

Siendo como un algodón,
nos jura que es como un hueso,
y quiere probarnos eso
con que es su cuello almidón,
goma su copete, y son
sus bigotes alquitira:
¡mentira!

Cualquiera que pleitos trata,
aunque sean sin razón,
deje el río Marañón,
y entre el río de la Plata,
que hallará corriente grata
y puerto de claridad:
¡verdad!

Siembra en una artesa berros
la madre, y sus hijas todas
son perras de muchas bodas
y bodas de muchos perros;
y sus yernos rompen hierros
en la toma de Algecira;
¡mentira!

lunes, 7 de abril de 2008

Poema de Quevedo


Yo acuerdo revelaros un secreto

en un soneto, Inés, bella enemiga;

mas, por buen orden que yo en esto siga,

no podrá ser en el primer cuarteto.

Venidos al segundo, yo os prometo

que no se ha de pasar sin que os lo diga

mas estoy hecho, Inés, una hormiga,

que van fuera ocho versos del soneto.

Pues ved, Inés, qué ordena el duro hado,

que teniendo el soneto ya en la boca

y el orden de decillo ya estudiado,

conté los versos todos y he hallado

que, por la cuenta que a un soneto toca,

ya este soneto, Inés, es acabado.



Quevedo en este soneto se dirige a una tal Ines que debe ser la persona que quiere